"Tengo una muela partida por dentro con un posible inicio de infección, el dentista me ha indicado empezar con el antibiótico. ¿Qué hago?"
Después de leer sus consejos, tomé la decisión. Aguanto sin tomar el antibiótico al menos que la cosa se ponga muy mal. Reforcé las defensas con la alimentación. Veo que durante el viernes la cosa mejora, sábado fui a clase con Tere y la verdad es que únicamente si mordía en la muela afectada sentía dolor.
Curiosamente el viernes en la EXPO de la maratón me encontré a Lucy y fuimos paseando stand por stand mirando todo lo que estaba expuesto como novedad. Encantadas. Hablamos de la vestimenta.
- "Es que yo sudo mucho, Lucy."
- "Yo creo que te pasa esto porque vas muy abrigada, quizás, si fueras con menos ropa, no sudarías tanto y estarías mejor, más cómoda, sin miedo a que el sudor te haga coger frío."
"Pues igual es verdad", pensé en mi interior.
La muela parecía haber llegado a un pacto, "hasta el lunes olvídame que no te daré guerra."
El domingo amaneció con una ligera lluvia, y la luz de la mañana era gris. Bajé a desayunar, mis barritas, espelta hervida, medio aguacate, dátiles, anacardos crudos etc. (Visto así, ya sé que no es muy apetecible, pero es un desayuno imbatible).
Después de la foto, Meri y yo nos vamos a nuestro cajón de salida. La intención era buenamente si podía intentar hacer una media de 6:10 para hacerla en 4h20, la última maratón había hecho 4h26, era un objetivo correcto, teniendo en cuenta que de la primera a la segunda había bajado 14 minutos. No he entrenado disciplinadamente, ni con un mínimo de orden, muy anárquica pero me sentía capaz de intentarlo. Me ha costado mucho salir a entrenar durante el invierno, el frío y un millón de excusas hacían que llegara a la línea de salida con 600 km en 5 meses.
Sólo empezar noto sin remedio que tengo un frío en todo el cuerpo que pienso por suerte es sólo el principio y que en pocos kilómetros se me habrá pasada.
Meri y yo salimos juntas pero enseguida me noté muy incómoda, no encontraba el ritmo de 6:10 y Meri corre por sensaciones y yo clavada al Garmin buscando el 6:10. Al cabo de dos o máximo tres kilómetros Meri tiene otro ritmo y confirmamos que cada una su ritmo.
Km 12, "Que frío tengo", llevo 12 km y sigo en la misma temperatura corporal, mi cuerpo no se ha calentado. Llueve, me acuerdo que es ése mismo frío de Zurich con lluvia. En Zurich cayeron chuscos, ayer una lluvia ligera que a veces amenazaba con ir a más.
"Hola, soy yo, tu muela". Ostras!!! la muela, me había olvidado de ella. "Que frío tengo"
Ya me lo habían dicho, "cuidado, que aunque ahora estés mejor, en la maratón aparecerá la muela."
Llego al km 20 y pienso que ya casi tengo la mitad "Bieeen" pero no me sirvió de nada darme esa palabra de felicitación. Tengo frío y la muela está allí, con un ligero dolor que se intensifica a momentos, se va, vuele, más, menos, sin concretar pronóstico. Todo llevadero con sus momentos más duros y menos.
Del km 20 al 22 pensé que esos ya eran una maratón, no llegaba a pasarlos. Me queda la mitad, TODA la mitad!!!! Recuerda que nunca puedes pensar en lo que te queda, piensa en el próximo avituallamiento. Pero quedaba TODA la mitad.
"¿Por qué corro?" ¿Lourdes, por qué corres? Iván hace algún tiempo me lo preguntó. ¿Por qué corres?
Hace rato que pasé el 22, a ver? Oooooostras! sólo 250 m para el 23? ¿Por qué corres?
Aparezco en el 27, creo que entre en trance con la pregunta y pude llegar al km 27. Gran alegría. al volver a tomar consciencia del tiempo y los kilómetros, también tomé consciencia de que tenía frío y que me dolía la muela a momentos, a cada momento, mejor dicho, cada llegada del pie derecho al suelo era un"holaaa, soy la muela."
Que diferencia a la última maratón, ostras, os he echado de menos!!!
Llego al avituallamiento del km 31, veo de lejos a Tino, busco a Tere y no la veo, mientras me lanzo a las naranjas y el agua. Intento no parar, noto una mano en mi espalda, me giro y veo a Tere, con Bruno su hijo de dos añitos en brazo, los dos muy abrigados, me mira, nos miramos, "Tere, voy muy tocada de la muela" " Lo sé, adelante Lourdes"
Qué cosas tiene el deporte, cómo puede ser que una mirada y dos palabras sean capaces de sacudirte las emociones a un extremo profundo.
Sigo adelante y mi cuerpo se ve invadido, de emoción, de fuerza, de ilusión.
Drin! drin! suena el móvil, debe ser Joaquín (mi hermano) para saber donde estoy. Habíamos quedado en Arco del Triunfo y ya llegaba con mucho retraso de lo que le había dicho.
Leo en la pantalla el nombre: Gris, (Viena.) Una amiga muy especial, es mi ángel de la guarda, aparece en mi vida siempre en los momentos difíciles. Hacía 6 meses que no hablábamos por teléfono y no sabía que estaba corriendo la maratón.
(A los 22 años me fui a Viena a vivir durante seis meses, ahí la conocía y apareció en mi vida para darme la mano.)
" No me lo puedo creer Gris, no me lo puedo creer Gris"
Holaaa Lourdes, ¿a que no sabes con quien estoy?
Gris, ¿a que no sabes dónde estoy? Estoy en km 33 de la maratón de Barcelona, tengo mucho frío y una muela que me duele. ¿Cómo puede ser que me llames?, no me lo creo........voy muy tocada Gris, No pude seguir hablando. tuve que parar a llorar, llorar de alegría. La mirada de Tere, la voz de Gris.
"Venga, va, quedan menos de 10 km, como cualquier entreno, ya está, ya está."
Ya sabía que ni el frío, ni la muela iban a dejar de estar pero tenía claro que seguiría. "Piensa en Joaquín, lo verás en el km 36, piensa sólo en esto". Ya en Paseo San Juan busco a mi hermano y me encuentro con las tres sonrisas más grandes de todos los espectadores. Nooooo, no me lo puede creer. Amaia, Sara y Lourdes, mis amigas del Gavá, sin poderlo remediar busco refugio en ellas y me abrazo a Sara. "Es que estoy muy emocionada, (llorando a moco tendido) ellas no entendían nada, no sabían que tenía la imagen de Tere en el km 31, la voz de Gris en el 33 y ahora sus ánimos. Buuuuf, demasiado!
Rápidamente Amaia me indicó que debía seguir, 50 metros más adelante veo a Joaquín. Que alegría.
Todo esto fue como dar agua a alguien que está cruzando el desierto. Simplemente fue mágico.
Cojo un ritmo estable, lo voy manteniendo sin altibajos. Próxima zanahoria: Curris y Camila.
" Bueno, o están en Colón o si no ya en la meta" Busco, voy mirando a ver si los veo. Paso por el último avituallamiento al lado de los de recuperación, los que forraban a todos los corredores que lo pedían con Réflex. Yo voy concentrada pero aquello atrae mi atención por unos instantes.
"Pues Curris y Camila estarán en la meta".
A 300 metros de la meta veo a Lucy, Auri y a Emili, al verme se desatan en ánimos! Increíble, que emoción tan grande!!!!! Sigo feliz en busca de Curris, Camila, mi madre y Joaquín. No entiendo nada, no los he visto. Tengo un gran sabor en el cuerpo, me vienen todas las escenas desde el km 31.
Cruzo la meta y me llama Curris, ¿dónde estás? En la meta. "¿Cómo puede ser? estamos camila y yo en el último avituallamiento donde están los de recuperación, con el Réflez. ¿Noooo, Curris?
Me encuentro con Meri, Lourdes, Manel, mi madre y Joaquín. Comentamos la jugada. Aparecen Curris y Camila frustrados " No hemos despegado ojo a todos los que pasaban, no entiendo como no te hemos visto."
Llego al coche y veo un aviso del whatsaap: Yolanda: ¿Cómo ha ido?
Qué cosas tiene el deporte!!!!
Hoy es lunes, he dejado reposar lo vivido ayer, al escribir la crónica cada sensación ha vuelto.
Fantástico!
