Hace dos años que no esquiaba. Lo puedo confesar (no es ningún secreto) esquío bastante mal y estoy a "tris" de dejarlo estar. Los niños han crecido, suben, bajan, suben y vuelven a bajar mientras yo me decido por dónde voy a bajar, si es que no pierdo los nervios y me quedo plantada arriba anunciando que lo mejor que pueden hacer es llamar al RACC porque no pienso bajar.
Sé que no está bien, mi gen alemán me lo recuerda todos los días. Las cosas hay que hacerlas en la máxima legalidad........ lo sé, lo sé. El jueves por la mañana Curris me comentó que todo lo que había llovido era nieve en los Pirineos y que el viernes haría un día de lujo. No lo dudé e insistí para ir el viernes a esquiar. Los niños habían terminado los trimestrales, han aprobado todo y era una de mis últimas oportunidades para ver si lo dejaba o seguía intentándolo.
Dentro de la gravedad de no llevar a los niños al colegio pienso que estrechar el vínculo es salud familiar, y en las edades adolescentes está muy bien que les siga haciendo ilusión ir con los papás.
De todas maneras, no me lo negareis, uno de los mejores momentos del día ¿es?............ cuándo te sacas las botas o no?
El sábado fui a nadar después de las 4 horas de esquí a ritmo non stop del viernes, (no había nadie en las pistas) era imposible descansar. Nadé 3000 m. Me quedé bastante cansada. Por la tarde fui a recoger mi dorsal de la Maratón de Barcelona, aunque no la haya corrido me hacía ilusión ir a buscarlo. He de añadir que el viernes por la noche asistí al concierto del Señor Mostaza y me fui a las mil quinientas a dormir.
El domingo me arrastré como pude al rodillo a hacer una horita, me duché y finalizó el domingo con una calçotada familiar. Eso y la hora robada de sueño hacen que mi estado de hoy lunes sea lamentable. Odio el cambio de horario!!!!
Nadie dice nada, pero a mi me cuesta un montón superar esa hora.............
¿Igual es cosa de la edad?
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